Versión 3
Vengo de...

Y voy a...

¡Y llego tarde!

El colmo del frikismo

Por si me escribes...

Visualizando


Sober [P!nk]

En el metro voy leyendo...

Y en la mesilla de noche tengo...

La serie que estoy viendo

Cuenta atrás

¡Aviso!
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Aviso que me estoy poniendo al día con la serie de las mujeres sin lengua a.k.a Hospital Central. Sí, esa serie no lésbica con más lesbianas por metro cuadrado que el Escape en hora punta. Y es que parece que todavía nadie se ha dado cuenta de que en realidad es una serie de humor. De mucho humor. Tanto que me cuesta mucho, mucho esfuerzo acabar un capítulo sin que me duela la tripa de las carcajadas que me produce...

En cuanto acabe la temporada habrá un larguísimo post analizando esta fantástica serie desde que apareció Maca y, con ella, la conversión de la serie a un The L Word médico. Que hace mucho que las talifans de HC no me ponen a parir en los foros y ya las echo de menos. A ellas y a sus faltas de ortografía... XDDDD

Lo reconozco, pese a todo, la de la izquierda tiene una ristra de polvos que pa' qué...
Se le pasó por la cabeza a Arrierita a las 16:57:00   9 Berrido(s)
¡Marchando una de pelis bollomaricas!
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Este humilde blog, en su incansable tarea de hacerles la vida más fácil (aparte de hacer que os descojoneis con mi visicitudes cotidianas), os trae, con un poco de retraso, es cierto, algunas de las películas del festival de cine bollomarica acaecido hace pocos días en la capital. Y es que, oigan, después de tragarme tres sesiones que me dejaron las cervicales hechas fosfatina (cortesía de las comodísimas butacas del auditorio —que no cine—) y los ojos a punto de salirse de sus cuencas (cortesía, esta vez, de la gran calidad de las proyecciones en vídeo) decidí que era momento de ponerme a buscar alternativas para poder ver las películas sin dejarme la salud en el intento. Así que ahí van. Los que ya vieron el post del año pasado, ya saben cómo funciona. Para los nuevos, es tan simple como tener el eMule abierto y pinchar en los enlaces. Que usteden lo disfruten.

Les filles du botaniste (V.O.S.)

Breakfast with Scot (V.O.S.)

La león

Quemar las naves

Pusinky (V.O. SIN SUBTÍTULOS)

Otto; or, Up with dead people (V.O. SIN SUBTÍTULOS)

Obvia decir que si encuentro más enlaces, serán ustedes los primeros en saberlo. De nada. ;-)
Se le pasó por la cabeza a Arrierita a las 20:56:00   13 Berrido(s)
La capacidad de sorpresa tiene límites
viernes, 7 de noviembre de 2008
Que sí, que lo digo yo, lo he dicho muchas veces ya pero es que mi vida es un circo de tres pistas y ya no hay nada que me pueda suceder, por estrambótico que sea, que me sorprenda...

El miércoles abandoné la cola del paro y volví a ser una mujer de provecho grabando datos mecánicamente de ocho a cuatro de la tarde (viernes, de ocho a tres) recuperando así el horario al que me acostumbré durante casi tres años en mi antigua empresa Fundada en... Hasta ahí todo normal, incluso bien habida cuenta de como anda el mercado laboral. Lo cachondo llega cuando entras en la oficina y te encuentras trabajando en ella a un enano, una coja y varios sordomudos de diferentes grados (desde la que no habla hasta la que parece gangosa). En serio. No me lo estoy inventando. Y algun@s me dirán que no es políticamente correcto reírse de las personas con discapacidades. Si yo no es que me ría (al contrario, me parece admirable que algunas empresas les den trabajo como a cualquier otra persona aunque sea por los sueldos tan irrisorios como el que me van a pagar a mí) pero a ver quién es capaz de aguantar la risa cuando ve a dos sordomudos discutiendo: oír no oyes mucho pero no sabía que el ser humano podía mover los brazos tan rápidamente...

Pero como el trabajo en cuestión es otra de esas cutre temporalidades que te ofrecen las ETT, yo sigo enfrascada en la ardua tarea de hacer entrevistas... Y ayer tuve la más memorable en años. Sin embargo, la cosa era más retorcida de lo que parecía a simple vista.

Hace como un mes una ETT, a la que llamaremos ETT 1, me llamó para entrevistarme. Acudí rauda y veloz y mostré mi mejor cara y todas mis habilidades. Salí con la sensación de haber gustado pero nunca más se supo del puesto queme ofrecieron.

Hace una semana otra ETT, a la que llamaremos ETT 2, me envió un mail con una oferta. Contesté enviando mi cCV (por enésima vez) para formar parte del proceso de selección. Inmediatamente me llamaron para que fuera a realizar una entrevista con la empresa usuaria (la ETT 2 ya me había entrevistado previamente en otro momento). Tomé los datos y confirmé que allí estaría el lunes. Sin embargo, un rato después, la ETT 2 volvió a llamarme para decirme que la empresa usuaria les había dicho que ya me conocían y que ya había ido a hacer una entrevista. Miré los datos nuevamente. A menos que sea sonámbula, en la vida había estado en ese lugar ni conocía a la persona de contacto. Al día siguiente (o sea, el pasado viernes), la ETT 2, muy moderna ella, me mandó un sms diciéndome que no fuera a la entrevista. Ahí reconozco que me emparanoié. ¿Por qué no podía ir? ¿La empresa usuario me había googleado y se había encontrado con mi sórdida doble vida como escritora de libros lésbicos? ¿O es que simplemente habían visto la foto del CV y no les había gustado mi careto? Me jodió pero como el lunes por la mañana tenía otra entrevista (que fue en la que finalmente me seleccionaron para mi actual circo... digo, puesto de trabajo) me lo quité rápidamente de la cabeza.

Él miércoles, tras mi primer día de trabajo en la nueva empresa, mientras comía escuché cómo sonaba mi móvil desde la habitación pero como estaba totalmente absorbida por el plato de cocido de mi abuela decidí que más tarde vería quién era. Para mi sorpresa, la ETT 2 (esa de la que nunca más se supo) me dejaba un mensaje en el buzón de voz instándome a llamarles cuanto antes. Lo hice. Y al otro lado el tío que me hizo la entrevista, totalmente entusiasmado me hablaba de la empresa que me ofreció el puesto inicial (puesto que habían dejado de lado) pero que estaban deseando conocerme porque les había encantado mi CV y, palabras textuales, "no me querían perder de vista". Omitiendo voluntariamente el pequeño detalle de que ya estoy trabajando, pregunté y pregunté y al final el entusiasmado muchacho me conminó a hacer una entrevista el jueves por la tarde. Accedí sin problemas porque me daba tiempo de sobra a salir del curro y llegar hasta donde fuera. Así que comienzo a tomar los datos. Y cuál no fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que era la misma dirección y persona de contacto de la entrevista a la que la ETT 1 me prohibió acudir.

Ayer a las cinco de la tarde estaba como un clavo en la dirección facilitada. Media hora fue lo que tuve que esperar mientras veía como trabajadoras (porque eran mayoritariamente mujeres) de toda clase, edad, tamaño y, seguro, orientaciones sexuales salían de sus puestos de trabajo en pos de un destino que cada una de ellas sabría. Tras subir por fin aún tuve que esperar otros diez minutos en una pequeña salita a que mi entrevistadora se acordase de que me había encerrado allí. Y a partir de ahí comenzó la entrevistas más larga y profunda de todas las —muchas, muchísimas— entrevistas que servidora ha realizado durante toda su vida.

Menos de la victoria de Obama y del color de mis bragas hablamos de todo. Me hizo repasar uno por uno (y son más de veinticinco) todos mis trabajos explicándole qué tareas había realizado en ellos. Con los cursos procedió de igual modo. Me preguntó qué cuantos programas informáticos utilizaba, fueran de gestión, de diseño o de cualquier otra cosa (hubo un momento en que casi creí que nos íbamos a poner a hablar de software libre o de las descargas P2P). Cuando ya llevábamos una media hora larga de cháchara (y una, acostumbrada a que la despachen en cinco minutos, estaba agotada) me pregunta por el inglés. Respondo que tengo nivel medio sobre todo por mi afición a consumir películas y series en V.O. Entonces vuelve a salir y regresa con un cuestionario de tres páginas y un montón de preguntas para que le cuente mi vida en el idioma de Shakespear. "Tienes quince minutos", me dijo antes de salir, otra vez, y dejarme encerrada en aquella salita.

Yo lo escribí en quince minutos pero esperé otros diez más hasta que recordó que yo seguía con cara de lela encerrada en el cuartucho. Al regresar miró entre admirada y satisfecha las parráfadas que había soltado a lo largo de los tres folios. "Bueno, pues ahora vamos a hablar un poquito en inglés, ¿vale?". A mí me temblaron las piernas. Creo que sólo he hablado en inglés una vez en mi vida y fue con una persona que entendía español, por lo que mezclé ambos idiomas para hacerme entender (y todo para que una tercera persona que nos acompañaba no se enterara de lo que yo estaba contando). Le dije que ahí me iba a pillar. Ella dijo que no importaba y me soltó un "Tell me about your hobbys" con un acentazo castizo que tumbaba. Y de repente, sin siquiera pensármelo, el espíritu de Woody Allen debió poseerme y empecé a soltar por mi boquita lo mucho que me gusta leer, escribir, maquetar, ver series, pasear con mi perro y hablar de filosofía con JM. La tía me hizo un par de preguntas más y yo habla que te habla sin preocuparme soltar alguna morcilla en español tipo "¿cómo se decía...?".

Cuando la entrevistadora volvió a poner el chip para hablar de nuevo en la lengua de Cervantes, la cara de asombro era tan grande como la mía al escucharme hablar en inglés con tamaña soltura. "¿Dónde has aprendido a hablar así?". "Viendo series", contesté con media sonrisita tímida. "Pues tienes un nivel mucho más alto del que pones en tu currículum y, desde luego, de sobra para el puesto". Hablamos un poco más de mi autodidacta formación y se despidió de mí con un bonito "sigue así" y un apretón de manos.

No he tenido noticias del trabajo. Tampoco me importa teniendo ya algo que aunque temporal me permitirá cobrar el mes que viene. Pero a veces viene bien que nos suban la autoestima, sobre todo cuando creemos que no valemos tanto como los demás. Y es que pese a la hora y media que pasé allí, salí con una sonrisa de oreja a oreja.
Se le pasó por la cabeza a Arrierita a las 17:16:00   5 Berrido(s)
¿Quién soy?

Me llaman:Arrierita
Vivo en: Madrid, Spain
Y digo yo...: Acercándome peligrosamente a los treinta he desistido de encontrar a alguien en sus cabales. Me aburre que me digan lo maja que soy y lo mucho que merezco la pena personas que después salen corriendo como si se hubieran dejado la comida en el fuego. Me aburre la gente que va de legal por la vida pero nunca es consecuente con sus actos. Me aburre salir a la calle y cruzarme con tanta gente a la que no quiero saludar. De lo que no me aburro nunca es de tener a mi lado a tantas personas que me hacen sonreír cada día. A todos los demás... ¡Arrieritos somos... y en el camino nos encontraremos!
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