Gran Vía. Plena luz del día. Veintiseis horas sin dormir. Pereza sonando en el mp4 (¿por qué estos chicos tendrán canciones tan emocionales? ¿por qué me gustaría tenerlo tan claro como lo tienes tú? Nadie lo tiene claro, después de todo, y esa canción pertenece a muchos). Fumo un cigarrillo mientras subo de Plaza de España a Callao. La calle está llena de turistas. Pienso que podría acercarme al Rastro a comprar dvd's pero la idea pasa fugazmente por mi cabeza sin hacer mella en ella. Me meto en el metro de Ópera siendo consciente de que vivo en la ciudad más grande de España y que mi radio de acción es cada vez más limitado. Me siento en el vagón y pienso aunque me duerma a ratos.
Siempre me ha gustado volver a ver las películas que me gustaron. Pero hay otras veces que ciertas películas me cansan. Y que no quiero volver a verlas. O que empiezo a ver pensando que son nuevas y me encuentro con que no es más que otro remake. Y que tengo que decidir si merece la pena verlas de nuevo o debo salirme del cine cuanto antes por mucho que me haya costado conseguir la entrada o aunque no me vayan a devolver el dinero...
|
este post es como dos en uno
dos historias diferentes