Como ya me esperaba, hoy en la oficina tocaba el visionado de las fotos de la boda de La Pija. Así que a primera hora todas nos hemos apiñado en torno al ordenador de Ricitos para echarles un ojo. Nada más verlas me he alegrado sobremanera de no haber ido porque me hubiera sentido como un pulpo en un garaje. La verdad es que no pintaba nada allí. Las bodas típicas y tópicas no son para mí. Ya me dijo alguien hace un par de semanas que yo era un poco antisistema. Aunque no estoy muy de acuerdo porque a veces descubro partes de mí de lo más conservador y estoy perfectamente integrada en el engranaje social, supongo que algo de razón sí que tiene...
El resto de la mañana ha sido agotadora. Creo que últimamente estoy trabajando todo lo que no he trabajado en el año y medio anterior. Además, hoy era el día de los marrones. Unos papeles que no aparecían y que eran importantes y que al final tenía Jefa. Pero claro, no pasa nada. Si los hubiera traspapelado yo, se me hubiera caído el pelo...
Y para rematar la faena estoy mortalmente cansada (porque apenas he dormido durante el fin de semana) y me caigo de sueño por las esquinas. Y no sé si será esa combinación de sueño y cansancio la que hace que tenga una extraña sensación de inquietud y desasosiego. Para colmo no soy la única a mi alrededor que está igual. Es como si percibiéramos que algo va a pasar. No sabemos si es bueno o malo pero sí que algo raro va a pasar.
Como a mí esto es algo que me pasa a menudo, trato de no pensar mucho en ello (pese a que la experiencia me ha enseñado que, cada vez que me pasa, sucede algo). Tal vez sea que, pese a que no tengo una preocupación principal que me quite el sueño, tengo pequeñas preocupaciones que me hacen estar inquieta. Quizá el trabajo, mi próxima novela, cosillas familiares y/o emocionales...
En fin, supongo que en unos días sabremos si nuestro pálpito tenía razón de ser...
|
Pues a mí me ha tocado hacer de Cicerone este fin de semana y después de andar ayer como 500 ó 600 kms. ya te puedes hacer una idea de cómo estoy, claro que hay alguien que todavía a estas horas está en un coche rumbo al norte.
K.