Vaya por dios. Con lo bien que lo estaba haciendo durante las últimas dos semanas, acostándome pronto, levantándome a horas razonables, haciendo cosas productivas... y voy hoy y vuelvo a ser la caótica Arrierita de siempre...
Anoche, al volver de clase, me senté en el salón a cenar mientras veía los tres últimos capítulos de la cuarta temporada de Mujeres desesperadas (otra de las series mutiladas a la mitad a causa de la huelga de guionistas... Que cuando pienso que en los iusei les dejaron todo un mes con el alma en vilo sin saber qué pasaba después de que el tornado arrasara Wisteria Lane agradezco mi manía de ver las series sólo cuando han finalizado las temporadas). El caso es que era la una cuando apagué el televisor y encaminé mis pasos, seguida fielmente por Chuchín, hacia mi cama. Como viene siendo habitual en estos días formales que ahora me dominan, fue apoyar la cabeza en la almohada y quedarme fritita como un pescaito. Y hoy... Pues en vez de levantarme de ocho a nueve como me he estado acostumbrando en las últimas semanas he dilatado un poquito la estancia en mi acogedora cama hasta las once.
A media tarde ha venido un suizo que estaba como un queso ídem (desgraciadamente acompañado por su novia) a ver la habitación. Luego un divorciado cuarentón. Y después había quedado a cenar. Sólo a cenar. Nada más que a cenar. ¡Ja! y ¡Je!
Después de la cena y la cachimba una pequeña parada en un bareto para hablar con el dueño y al final nos hemos puesto a hablar con el dueño y con otros dos chicos que había allí mientras las copas y los cigarrillos caían como la lluvia en primavera. A ratos me sentía rara. Supongo que porque hace ya tanto tiempo que no salgo que me resulta extraño verme de nuevo acodada en la barra de los bares. Incluso el primer trago de Ballantine's cocacola me ha sabido raro (qué coño, me ha sabido a gloria).
A ver si las cosas van cambiando porque echo de menos mis noches de juerga hasta el amanecer... (y a la gente que me acompaña, of course).
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DAME UNA S... ¡ESE!
DAME UNA U... ¡UUUU!
DAME UNA I... ¡IIII!
DAME UNA Z... ¡CETA!
DAME UNA O... ¡OOOO!
SUIIIIIIIIIZOOOOOOOOO
(Lo de que tenga novia es circunstancial, vamos que en cuanto descubra lo majísimo que soy se vuelve hiperhetero).
Quiero probar la gloria este fin de semana y, además, en grandes cantidades.
:D