Versión 3
Vengo de...

Y voy a...

¡Y llego tarde!

El colmo del frikismo

Por si me escribes...

Visualizando


Sober [P!nk]

En el metro voy leyendo...

Y en la mesilla de noche tengo...

La serie que estoy viendo

Cuenta atrás

La capacidad de sorpresa tiene límites
viernes, 7 de noviembre de 2008
Que sí, que lo digo yo, lo he dicho muchas veces ya pero es que mi vida es un circo de tres pistas y ya no hay nada que me pueda suceder, por estrambótico que sea, que me sorprenda...

El miércoles abandoné la cola del paro y volví a ser una mujer de provecho grabando datos mecánicamente de ocho a cuatro de la tarde (viernes, de ocho a tres) recuperando así el horario al que me acostumbré durante casi tres años en mi antigua empresa Fundada en... Hasta ahí todo normal, incluso bien habida cuenta de como anda el mercado laboral. Lo cachondo llega cuando entras en la oficina y te encuentras trabajando en ella a un enano, una coja y varios sordomudos de diferentes grados (desde la que no habla hasta la que parece gangosa). En serio. No me lo estoy inventando. Y algun@s me dirán que no es políticamente correcto reírse de las personas con discapacidades. Si yo no es que me ría (al contrario, me parece admirable que algunas empresas les den trabajo como a cualquier otra persona aunque sea por los sueldos tan irrisorios como el que me van a pagar a mí) pero a ver quién es capaz de aguantar la risa cuando ve a dos sordomudos discutiendo: oír no oyes mucho pero no sabía que el ser humano podía mover los brazos tan rápidamente...

Pero como el trabajo en cuestión es otra de esas cutre temporalidades que te ofrecen las ETT, yo sigo enfrascada en la ardua tarea de hacer entrevistas... Y ayer tuve la más memorable en años. Sin embargo, la cosa era más retorcida de lo que parecía a simple vista.

Hace como un mes una ETT, a la que llamaremos ETT 1, me llamó para entrevistarme. Acudí rauda y veloz y mostré mi mejor cara y todas mis habilidades. Salí con la sensación de haber gustado pero nunca más se supo del puesto queme ofrecieron.

Hace una semana otra ETT, a la que llamaremos ETT 2, me envió un mail con una oferta. Contesté enviando mi cCV (por enésima vez) para formar parte del proceso de selección. Inmediatamente me llamaron para que fuera a realizar una entrevista con la empresa usuaria (la ETT 2 ya me había entrevistado previamente en otro momento). Tomé los datos y confirmé que allí estaría el lunes. Sin embargo, un rato después, la ETT 2 volvió a llamarme para decirme que la empresa usuaria les había dicho que ya me conocían y que ya había ido a hacer una entrevista. Miré los datos nuevamente. A menos que sea sonámbula, en la vida había estado en ese lugar ni conocía a la persona de contacto. Al día siguiente (o sea, el pasado viernes), la ETT 2, muy moderna ella, me mandó un sms diciéndome que no fuera a la entrevista. Ahí reconozco que me emparanoié. ¿Por qué no podía ir? ¿La empresa usuario me había googleado y se había encontrado con mi sórdida doble vida como escritora de libros lésbicos? ¿O es que simplemente habían visto la foto del CV y no les había gustado mi careto? Me jodió pero como el lunes por la mañana tenía otra entrevista (que fue en la que finalmente me seleccionaron para mi actual circo... digo, puesto de trabajo) me lo quité rápidamente de la cabeza.

Él miércoles, tras mi primer día de trabajo en la nueva empresa, mientras comía escuché cómo sonaba mi móvil desde la habitación pero como estaba totalmente absorbida por el plato de cocido de mi abuela decidí que más tarde vería quién era. Para mi sorpresa, la ETT 2 (esa de la que nunca más se supo) me dejaba un mensaje en el buzón de voz instándome a llamarles cuanto antes. Lo hice. Y al otro lado el tío que me hizo la entrevista, totalmente entusiasmado me hablaba de la empresa que me ofreció el puesto inicial (puesto que habían dejado de lado) pero que estaban deseando conocerme porque les había encantado mi CV y, palabras textuales, "no me querían perder de vista". Omitiendo voluntariamente el pequeño detalle de que ya estoy trabajando, pregunté y pregunté y al final el entusiasmado muchacho me conminó a hacer una entrevista el jueves por la tarde. Accedí sin problemas porque me daba tiempo de sobra a salir del curro y llegar hasta donde fuera. Así que comienzo a tomar los datos. Y cuál no fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que era la misma dirección y persona de contacto de la entrevista a la que la ETT 1 me prohibió acudir.

Ayer a las cinco de la tarde estaba como un clavo en la dirección facilitada. Media hora fue lo que tuve que esperar mientras veía como trabajadoras (porque eran mayoritariamente mujeres) de toda clase, edad, tamaño y, seguro, orientaciones sexuales salían de sus puestos de trabajo en pos de un destino que cada una de ellas sabría. Tras subir por fin aún tuve que esperar otros diez minutos en una pequeña salita a que mi entrevistadora se acordase de que me había encerrado allí. Y a partir de ahí comenzó la entrevistas más larga y profunda de todas las —muchas, muchísimas— entrevistas que servidora ha realizado durante toda su vida.

Menos de la victoria de Obama y del color de mis bragas hablamos de todo. Me hizo repasar uno por uno (y son más de veinticinco) todos mis trabajos explicándole qué tareas había realizado en ellos. Con los cursos procedió de igual modo. Me preguntó qué cuantos programas informáticos utilizaba, fueran de gestión, de diseño o de cualquier otra cosa (hubo un momento en que casi creí que nos íbamos a poner a hablar de software libre o de las descargas P2P). Cuando ya llevábamos una media hora larga de cháchara (y una, acostumbrada a que la despachen en cinco minutos, estaba agotada) me pregunta por el inglés. Respondo que tengo nivel medio sobre todo por mi afición a consumir películas y series en V.O. Entonces vuelve a salir y regresa con un cuestionario de tres páginas y un montón de preguntas para que le cuente mi vida en el idioma de Shakespear. "Tienes quince minutos", me dijo antes de salir, otra vez, y dejarme encerrada en aquella salita.

Yo lo escribí en quince minutos pero esperé otros diez más hasta que recordó que yo seguía con cara de lela encerrada en el cuartucho. Al regresar miró entre admirada y satisfecha las parráfadas que había soltado a lo largo de los tres folios. "Bueno, pues ahora vamos a hablar un poquito en inglés, ¿vale?". A mí me temblaron las piernas. Creo que sólo he hablado en inglés una vez en mi vida y fue con una persona que entendía español, por lo que mezclé ambos idiomas para hacerme entender (y todo para que una tercera persona que nos acompañaba no se enterara de lo que yo estaba contando). Le dije que ahí me iba a pillar. Ella dijo que no importaba y me soltó un "Tell me about your hobbys" con un acentazo castizo que tumbaba. Y de repente, sin siquiera pensármelo, el espíritu de Woody Allen debió poseerme y empecé a soltar por mi boquita lo mucho que me gusta leer, escribir, maquetar, ver series, pasear con mi perro y hablar de filosofía con JM. La tía me hizo un par de preguntas más y yo habla que te habla sin preocuparme soltar alguna morcilla en español tipo "¿cómo se decía...?".

Cuando la entrevistadora volvió a poner el chip para hablar de nuevo en la lengua de Cervantes, la cara de asombro era tan grande como la mía al escucharme hablar en inglés con tamaña soltura. "¿Dónde has aprendido a hablar así?". "Viendo series", contesté con media sonrisita tímida. "Pues tienes un nivel mucho más alto del que pones en tu currículum y, desde luego, de sobra para el puesto". Hablamos un poco más de mi autodidacta formación y se despidió de mí con un bonito "sigue así" y un apretón de manos.

No he tenido noticias del trabajo. Tampoco me importa teniendo ya algo que aunque temporal me permitirá cobrar el mes que viene. Pero a veces viene bien que nos suban la autoestima, sobre todo cuando creemos que no valemos tanto como los demás. Y es que pese a la hora y media que pasé allí, salí con una sonrisa de oreja a oreja.
Se le pasó por la cabeza a Arrierita a las 17:16:00  
5 Berrido(s):
  • El 07 noviembre, 2008 19:14, Blogger J. berreó…

    well done!!

    el otro día hice una entrevista yo en inglés por teléfono con una británico con un acento supercerrado..

    no creo que me llame porque me falta experiencia, pero a mi me entretuvo bastante, además también estoy trabajando ahora..

    ah!! creo que no te mandé mail sobre los otros dos libros..en resumen me gustaron mucho, a ver si saco un poco de tiempo (y hago memoria) y comento con más detenimiento..

    un beso mudo

     
  • El 07 noviembre, 2008 23:58, Anonymous Anónimo berreó…

    Yo he optado por la solución británica: que aprendan ellos mi idioma, si quieren. Eso sí, aún no los veo muy entusiasmados, a juzgar por la cantidad de turistas que hay por aquí en verano a los que no les entiendo ni palote. Todo llegará, en la Florida volverá a oirse la lengua del imperio y en Gibraltar también, claro.
    Pero tengo suerte, me preocupa más aprender a hablar en gallego con soltura que el idioma ese que se mastica. Las tres cuartas partes de las personas con las que trato en mi trabajo no sólo no hablan otra cosa, sino que además no me entienden cuando me dirijo a ellos en mi correcto castellano de académico emérito.

     
  • El 09 noviembre, 2008 01:21, Blogger never_again berreó…

    Joder nena, pues claro que vales y mucho más que mucho memos aborregados que cubren puestos de trabajo de esos con muuuucha responsabilidad y ganando una pasta gansa. A mí no me entra en la cabeza que gente tan inteligente y capaz como tú esté en curros de mierda o en el paro o no se os valore lo suficiente, no lo puedo entender. Y lejos de salir con una sonrisa en la cara (que está muy bien) yo saldría la mar de cabreada porque primero te han hecho estar allí hora y media como si de una examen final de la universidad se tratara ¿para qué?Para una mierda de puesto dónde vas a cobrar mil putos euros a lo sumo, pues me cagoento ¡se creen que somos gilipollas para que jueguen con nosotros como quieren! Si es que me enciendo, lo siento, me enciendo por que aún no entiendo cómo hemos sido capaces de llegar a toda esta mierda.
    Que les den por culo con todos mis respetos y tú sonríe, porque tú lo vales y no necesitas que nadie te lo haga saber.

    Por cierto acabé tu libro "A por todas" y me gustó mucho, gracias y enhorabuena!

     
  • El 10 noviembre, 2008 13:30, Anonymous Anónimo berreó…

    Me alegro mucho de que las cosas vayan solucionandose poquito a poco. Ya verás como vuelves a tener noticias de ellos.

    Un besito.

     
  • El 14 noviembre, 2008 10:15, Blogger J. berreó…

    ains, todavía no te he mandado el mail :-S

     
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Me llaman:Arrierita
Vivo en: Madrid, Spain
Y digo yo...: Acercándome peligrosamente a los treinta he desistido de encontrar a alguien en sus cabales. Me aburre que me digan lo maja que soy y lo mucho que merezco la pena personas que después salen corriendo como si se hubieran dejado la comida en el fuego. Me aburre la gente que va de legal por la vida pero nunca es consecuente con sus actos. Me aburre salir a la calle y cruzarme con tanta gente a la que no quiero saludar. De lo que no me aburro nunca es de tener a mi lado a tantas personas que me hacen sonreír cada día. A todos los demás... ¡Arrieritos somos... y en el camino nos encontraremos!
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