Sí, ya sé lo que diréis. Otra que se ha enganchado. Pues sí. Y vamos, que no recordaba yo semejante enganche desde que, años ha, descubrí el Messenger (programa que hoy aborrezco, por supuesto, ¡cuánto daño ha hecho ese puto muñequito verde en nuestras vidas!). Así que está claro. Los blogs andan da capa caída, los fotologs han muerto, los myspace son horteras (por no hablar de lo que tardan en cargar, los muy jodíos) y Tuenti y Hi5 me la pelan bastante, la verdad... Ahora me paso el día metida en el FaceBook, jugando con las aplicaciones (a ver si alguien consigue ganarme de una puta vez al Word Challenge, jojojo), haciendo test absurdos y dejando y recibiendo comentarios surrealistas entre mis contactos.
Porque esa es otra, los contactos. Tú al principio piensas: "Bueno, vamos a controlarnos y sólo agregar a los que sean amigos de verdad". ¡Ja! Cuando ves que con tus amigos de verdad no pasas de la media docena te pones a agregar como las locas a esa cantante semidesconocida que te gusta desde la adolescencia, a la drag de moda o al tío que escribe ese blog con el que te partes la caja día sí y día también. Por no hablar de cuando el propio programa te empieza a sugerir que "quizá conozcas" a no se quién y a no sé cuantos. Y claro que los conoces. Aunque sólo sea de haber estado en la cola del servicio de cualquier garito de mala muerte. Así que sigues agregando. Y luego, de repente, te encuentras con que gente totalmente desconocida te agrega porque lee tus libros. Y tú aceptas, ale, porque sí. Y es que ya te ha picado el gusanillo de tener choporrocientos treinta y siete amigos.
El grado más severo de enganche llega cuando coges la agenda y te pones a buscar a la gente que se quedó en el camino. De este modo descubres que una compañera de instituto vive en el sur y tiene un niño (con el que sale en su foto de perfil), que una de tus ex está "comprometida" (joder, ella se va a casar y yo no echo un polvo ni pagando... :-S), formas una comandita con media docena de escritoras bollo y te encuentras con un antiguo compañero de piso majísimo y guapísimo (de hecho, la única persona que conozco que sale guapo en la foto del DNI) y cuando pinchas en los perfiles de las blogueras agregadas ves que, pese a todo, la logia masónica sigue en forma porque seguís teniendo otros chorrocientos contactos en común (por no hablar de que gente a la que no has sido formalmente presentada en el mundo real conoce a media agenda tuya).
Está claro. El mundo es un lugar muy pequeño...
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al final me voy a hacer yo..
yo tengo tuenti en plan privado jeje