Después de tantos días de acumular tensión de forma creciente ahora que todo se está desinflando y las aguas vuelven a su cauce sólo puedo pensar en relajarme unos días y dejarme mimar. Dejar que hagan por mí todas esas cosas que nadie me hace nunca como prepararme la comida, bajar al perro, hacer la cama o tener la casa recogida. Es el pequeño premio a la paciencia que quiero concederme. En unos días volveré para relataros los hechos acaecidos en esta casa de locos...
Chuchín tiene un brillo diferente en la mirada. Se le nota más relajado y tranquilo. Y me mira como si no acabara de creerse que puede estar por toda la casa...
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Cómo me alegro de que Chuchín y tú volváis a tener la casa para vosotros ¡y antes de lo previsto! Déjate cuidar un poco que después de tanto estrés y tanta angustia parece la mejor cura.
Un saludo :)