Había expectación. Expectación por ver qué hacían por mejorar unas historias que habían perdido todo su gancho. El día D era el 7 de enero. Quienes lo vieron antes que yo me dijeron que fue aburrido. Lo vi sólo para cerciorarme de que tenían razón. Tuve que pararlo como tres veces porque no aguantaba el sopor. Me dijeron que el segundo estaba mucho mejor. Lo he tenido que parar cuatro ¡cuatro veces! de puro aburrimiento.
Shane ha perdido definitivamente el norte y con él todo su morbo. Tina es simple y llanamente imbécil. Helena ahora va de buena (aunque yo ya lo aventuré hace un año). Jenny está menos pirada que de costumbre pero sigue resultando odiosa. Max queda mucho mejor como tío que como lesbiana. Bette sigue siendo Bette (y yo sigo sin aguantarla). Kit está como de relleno. El novio de Kit tan insulso como siempre. Alice será de nuevo quien suba un poco la media. Es la única que merece la pena (aunque siga teniendo cara de pequinés diarréico). Lo mejor, la aparición estelar de Marina y la carga sexual de Papi (aunque no me gusta para nada). ¿Y me dices que aún quedan diez capítulos? ¿De verdad pretenderán renovar otra temporada más?
¿Qué es esto? ¿Una serie de lesbianas o el reparto femenino de Dallas?
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En efecto, la única historia que promete esta temporada es la de Alice ejerciendo de guía de Helena. De todas formas esperaremos al capítulo de ayer que creo que ya aparece el personaje de la Matleen y le dan un poco más de cancha al de Cybill Shepherd.