¿Cuántas horas es capaz de soportar el cuerpo humano en posición horizontal antes de que los sesos comiencen a salir por las orejas?

Hoy me he convertido en una canción de Mecano. Me he perdido en mi habitación. He merendado cerveza. Con las patatas fritas y las aceitunas que sobraron del viernes. He seguido viendo un capítulo de Friends tras otro sólo para anestesiarme. Y me he dado cuenta de que Joey y Chandler tienen en su apartamento el mismo póster de Nueva York que yo tengo en mi salón. Y que si la serie se hiciera hoy en día posiblemente la ex mujer lesbiana de Ross sería uno de los personajes fijos (aunque no de las importantes, claro está) y que las historias pretenderían ser más políticamente incorrectas desde la retorcida corrección política de hoy en día. Y recuerdo que cuando veía estos mismos capítulos hace diez años me preguntaba cómo sería mi vida al llegar a la edad que tenían los protagonistas. Y miro a mi alrededor y me doy cuenta que en los momentos divertidos mi vida podría llegar a parecerse a una serie de ficción pero que el resto del tiempo mi vida es real. Con todo lo que esa afirmación conlleva tanto en lo bueno como en lo malo.

A las once de la noche sigo bebiendo cerveza y acabando de ver la cuarta temporada mientras escribo esto. Y pienso en lo sospechosamente que empiezo a parecerme a un tío con mi comportamiento (cerveza, horas y horas tumbada mirando pasivamente un televisor, encefalograma plano durante todo el fin de semana). Salvo por el hecho de que miro a los guapos actores secundarios en lugar de a las actrices. En esos momentos pienso que parezco un gay encerrado en el cuerpo de una mujer lesbiana. Cada día me entiendo menos. Creo que estoy perdiendo el rumbo definitivamente.

Faltan diez días para que se vayan las ratas…