Cada día cruzo entre cien y ciento cincuenta mails con unas diez personas. En grupo o en privado. Por las noches sucumbo al efecto Messenger. O lo que es lo mismo, me intento despedir choporrocientas veces sin conseguirlo de varias conversaciones de grupo o en privado hasta que me desconecto a la desesperada tirándome sin más. Todos los días hago y/o recibo llamadas y esemeses a/de otras tantas personas. Tengo un blog. La gente me lee. La gente tiene blogs. Yo trato de leerlos (últimamente ni eso). Tengo una vida social de lo más ajetreada a simple vista...
Pero en días como hoy caigo en la cuenta de que siento a esa gente extrañamente cerca cuando llevo una época en que apenas veo a nadie y que a muchas de esas personas a las que escribo a diario hace una, dos semanas que no veo, puede que más. En días como hoy caigo en la cuenta de que tratando de comunicarnos nos dejamos siempre lo importante en el tintero. Que tal vez no nos conozcamos tanto como llegamos a pensar. Que hay muchas cosas que no se dicen, que no se cuentan. Que nos limitamos a hablar del tiempo, de chorradas, a quejarnos de esto o aquello. En días como hoy caigo en la cuenta de que somos especialistas en incomunicación por todas las vías posibles. ----------------------------------------------------------------------------------
Trato por todos los medios de ser optimista. De verdad que sí. Pero quizá por un síndrome pre mestrual a destiempo o porque soy así de idiota cuando cae la tarde me dan estos brutales bajones de ánimo. De todas formas, en lo único en lo que puedo pensar la mayor parte del día es en las ganas que tengo de que llegue el día 31 para perder de vista a los sinvergüenzas con los que vivo y en la ansiedad que eso me está provocando. |
entonces cuando pase el 31 comenzaremos a conocer?
un besito.