Un poco antes de quedarme sola en el piso, cuando estuve haciendo innumerables cuentas y más cuentas para ver si podía hacer frente a todos los gastos sola, el primer aspecto que salía perjudicado era el del ocio. El ocio nocturno, para ser concreta. Esas noches chuequiles de incursiones a la barra cada poco rato en busca de nuevas copas habían acabado. Los taxis que tan a menudo cogía para estar a tiempo en los sitios quedaban estrictamente prohibidos así que ya me valdría comenzar a llegar a mi hora y no remolonear. Las cenas en los restaurantes de siempre descartadas (además, se supone que ahora estoy en plan régimen para que mis sesiones sean más efectivas). En resumidas cuentas, que mi único gasto iba a ser hacerme fotos y repartirlas entre mis amig@s para que no se olvidasen de mi cara… Pero qué cierto es el dicho de que la cabra tira al monte porque este fin de semana me he visto saliendo no sólo los acostumbrados sábados sino que también salí el viernes. Y además viendo a gente que hacía mucho que no veía. Viernes de cerveceo tranquilo primero con una de las Miembras del Comando y luego con el Rusfi, su novio y sus amigos. Sábado cena blogueril en el chino de las cucarachas y hasta un par de copas. Y luego a casa a seguir viendo Friends, jugar un poco con la Play y acabar en la cama leyendo revistas. Me siento muy cómoda. Me siento muy calmada y tranquila. Siento que tengo tiempo para todo. Tiempo para currar (y hacer horas extras, qué últimamente se me sale el trabajo por las orejas). Tiempo para ir al gimnasio y cuidarme. Tiempo para ver a mi gente. Tiempo para dedicármelo a mí. Creo que ha empezado una nueva etapa de mi vida. Y me da en la nariz que va a ser muy buena… |
Borrón y cuenta nueva, que se dice...
Ale, Arrierita, disfruta de tu paz, ¡que te la has ganado!