Entre semana nunca duermo más de cuatro o cinco horas. Por eso llega el viernes y no suelo salir. Me acuesto más pronto que ningún día porque no puedo con mi alma y duermo y duermo y duermo hasta el día siguiente en que me levanto de la cama por puro aburrimiento, casi siempre a una hora en la que el sol ha sobrepasado con creces su cénit.
Y por mucho que me digan que las horas de sueño perdidas no se recuperan yo necesito pegarme una vez a la semana esa panzada a dormir para seguir funcionando. Por eso, como me pegué el palizón que me pegué durante las fiestas del orgullo y no pude dormir lo que necesitaba durante el finde, llevo toda esta semana arrastrando un cansancio y un sopor inhumanos. Tan grande es que del sueño que tengo me duele la cabeza y soy incapaz de pensar con claridad...Me voy a la cama y aunque soy atea rezaré para que el viernes pase lo más rápido posible y pueda dormir quince horas seguidas...Felices sueños de viernes!!! |
Huy, claro que se recupera el sueñoperdido, te lo dic euna experta