A menudo pienso que existe una gran diferencia entre la gente que tiene experiencia de la que no la tiene. Y es una diferencia que se puede apreciar a simple vista. Una persona con experiencia tiene dudas, se pone en la piel del otro, es generosa y no suele esperar gran cosa de los demás aunque a su vez les ofrezca todo. Una persona sin experiencia es egoísta y rencorosa, culpa a los demás de sus decisiones y nunca se pondrá en el lugar del otro aunque diga hacerlo porque no lo siente. En lugar de eso se mira el ombligo y piensa que es una víctima. Y lo que es aún peor, piensa que su actitud está justificada porque ya tiene mucha experiencia...
Cuántas vueltas nos hace dar la vida...
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"Nunca lo escribí en un papel
y nunca me ha encantado mi voz
y tú ahora me preguntas qué hacer
Y yo que siempre voy detrás del error
que canto a lo que nunca tendré
al beso que ella nunca me dio
Dime tú qué puede saber
alguien que ha pasado la vida
buscando la melodía [...]
La vida es algo que hay que morder
y en cada boca tiene un sabor
tus huesos no los tapa mi piel
por eso siempre digo que no
ahora tengo cosas que hacer
que aún me queda media vida
para encontrar la melodía"